El mismo viernes, minutos después de la triste confirmación de que el Cristo de la Hermandad de esta ciudad era irrecuperable, algunos vecinos llamaron a Luis Javín Sissara.
El escultor chileno que recorre el país levantando figuras religiosas de madera tiene una relación fuerte con la Colonia, lugar donde vivió un tiempo después de hacer al Cristo que hoy es noticia.
Consultado por Radio Sinsacate sobre las causas que provocaron el deterioro de su obra, cuestionó la última reparación, hecha en 2005, cuando “plastificaron” la madera con poliuretano. El proceso conservó la humedad y pudrió el interior del árbol tallado.
Sissara asegura que “todos los Cristos se hacen para proyectarlos de 80 a 100 años, pero la responsabilidad recae en las municipalidades que se hacen cargo de la donación y que todos los años deben hacer una restauración; pero no la hacen y la madera, con el agua y el sol, se descompone más rápidamente”.
En Colonia Caroya se usó un pino, cuya madera no de las más resistentes. De hecho, Sissara talló la mayoría de las imágenes en troncos de eucaliptus.
Terminada la talla, les indica a las autoridades la frecuencia del mantenimiento y los productos que deben utilizar a tal fin: “Todo, en esta vida, no es eterno, y la madera menos. Se le puede colocar una especie de resina, pero es cara. Los intendentes siempre buscan lo más barato, quieren gastar menos y la obra queda convertida en una pobreza. Se gasta tanto en otras cosas y a lo que confirma la fe de un pueblo lo dejamos morir, lo abandonamos”.
Sin dudarlo, se ofreció a levantar un Cristo nuevo, tal como hizo en otros tres lugares del país donde debieron reemplazar su talla. Hasta ahora, lleva hechas 46, ubicadas en casi todas las provincias.
“Lo importante es volver a levantarlo; esa es mi misión; yo lo puedo construir en San Luis, donde estoy viviendo, y lo transportamos a Colonia Caroya; o ir directamente allá y conseguir un eucaliptus colorado y lo hacemos; en 30 días lo levanto de nuevo”, aseguró.
FUENTE: diario el despertador.
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